Este acto también genera imágenes de una enorme plasticidad (fuerza expresiva) que muchos artistas han sabido plasmar muy acertadamente, esto es algo inherente al cuerpo humano y el medio acuoso en el que se encuentra y que curiosamente es proporcional a la sensación de placer y bienestar que provoca en nosotros cuando prescindimos de ese engorro que supone el traje de baño, porque señores/as, si esa prenda es una tremenda estupidez de concepto ya solo por su mera existencia, el bañarse con ropa alcanza ya los límites de lo razonable.
Y como una cosa es sentirlo y otra captarlo, os traemos hasta aquí varios ejemplos que transmiten lo que se siente cuando, como unos privilegiados que somos, tenemos esa sensación tan placentera y agradable en todo nuestro cuerpo sin que nada se interponga entre nosotros y ese mágico medio, disfrutando de la plenitud de la experiencia, que cada vez y por muy repetitiva que sea no pierde un ápice de magia.
Tenlo siempre presente, tu cuerpo desnudo es el mejor y más perfecto bañador que exista...
No hay comentarios:
Publicar un comentario